¿Qué esta pasando con las urbanizaciones cerradas en las zonas inundables de Buenos Aires?  


Actualmente, cerca del 25 por ciento de la superficie del Aglomerado del Gran Buenos Aires, pertenece a Humedales: cuencas de los ríos Matanza-Riachuelo, Reconquista, Lujan, los bajos ribereños del Río Paraná, y el Delta del Paraná. En dichas áreas de expansión urbana participan no solo los históricos loteos populares (muchos de ellos ilegales) sino también, desde los años noventa, las Urbanizaciones cerradas construidas sobre rellenos.
La expansión de las Urbanizaciones cerradas sobre rellenos en áreas inundables involucra impactos negativos de importantes magnitudes. Concretamente, esa "naturaleza" vendida en fragmentos, en pedazos, por estos emprendimientos inmobiliarios, ha sido transformada, alterando tanto su forma como las funciones que brinda a la sociedad este tipo de ambientes. Al simular con los rellenos espacios no inundables, se niegan las cualidades físico-naturales propias que los Humedales tienen. La alteración de esos servicios entre los que se incluyen la disminución del impacto de las inundaciones y la purificación de las aguas, repercutirá en una probable (aunque todavía no estudiada en profundidad) potenciación de la peligrosidad (por lo menos a un nivel de micro-escala) de las inundaciones recurrentes.
Simultáneamente, el desarrollo de este negocio urbano conlleva a una creciente construcción de la vulnerabilidad social frente a los desastres. A pesar de los sistemas de infraestructura o estrategias de manejo de desastres que se desarrollan de manera privada, los sectores que se incorporan a esas áreas, no adquirieron el conocimiento, que sí conserva un porcentaje importante de las poblaciones históricas de dichas áreas.
Otro impacto negativo es el pasaje de responsabilidades -de lo privado a lo público- en la atención de las "externalidades" (es decir, los desastres, los impactos por contaminación, etc.) derivadas de los cambios producidos por las Urbanizaciones cerradas y obras conexas.
Así, mientras se sobrecarga el gasto público (atención de la emergencia, reconstrucción, rehabilitación, etc.) sobre todo en el nivel local (máximo responsable de la Defensa Civil municipal), la iniciativa privada solamente asume los beneficios de este proceso, por lo menos mientras no ocurra un desastre de gran magnitud.
A pesar de esto, son los gobiernos municipales quienes generan las condiciones para que las mega inversiones urbanas puedan realizarse: cambios en la regulación, gestiones o articulación de actores públicos y privados y oferta de financiamiento.
Este “aval municipal” tendría que ver con la redefinición socioeconómica del municipio, más homogéneamente basada en los sectores medios o altos, más allá de los costos ambientales y sociales que acarrea. El deterioro socio-ambiental impacta fuertemente en los sectores con menor poder: los habitantes más antiguos pertenecientes a los sectores medios y bajos*.

Mientras continúa la disputa por la apropiación de territorio de bajo costo inmobiliario, entre los sectores medios/altos y bajos; los Humedales siguen brindando servicios ambientales de incalculable valor, sin distinciones. Como ciudadanos, involucrados con el ambiente en donde nos desarrollamos, los invitamos a reflexionar… Si anhelamos un entorno saludable, seguro, con identidad:
¿Son viables las murallas y las profundas inequidades?.

*Fuente: Ríos, D y P. Pirez (2008) “Urbanizaciones cerradas en áreas inundables del municipio de Tigre: ¿producción de espacio urbano de alta calidad ambiental?” Revista eure, Santiago de Chile, Vol. XXXIV, Nº 101, pp. 99-119.